Buenos Aires esta furiosa y no precisamente por motivos de revuelta o de amor. Esta furiosa nuevamente contra todo lo que es diferente, contra todo lo que es desclasado, contra todo lo que rompe con el modelo de tranquilidad. El ser normal es la mayor preocupación en estos días. Normal es no ser pobre, no vivir en la calle, no vivir en la villa, no ser el prototipo de ladrón que los medios no se cansan de instalar y fagocitar. Ser normal es ser un ciudadano decente. Mauricio Macri, trágico jefe de la ciudad de Buenos Aires, es normal por lo tanto representativo del bien. Con el objetivo de contentar al rebrote de derecha Macri puso primera y dio 100 de velocidad a la marcha. ¿Y a dónde vamos tan rápido?. A limpiar las calles. Al asumir Macri en la ciudad esta se encontraba con 2 mil personas en situacion de calle hoy, dos años despues, llegan a las 20 mil. ¿Qué paso? Las politicas del PRO, partido con el que Macri llegó al poder, fueron de 0 inclusión social y perdida total de derecho para los que menos tienen. Desalojos a la fuerza, cancelación de obras públicas para vivienda digna van a la cabeza de la poíitica para pocos en confrontación con otros muchos. No contento con eso, la derecha nunca parece satisfecha siempre quiere más, el gobierno de la ciudad refloto una patota llamada UCEP (siglas para Unidad de Control de Espacio Público ya existente pero sin tanto poder u organización en anteriores mandatos) que se dedica por las noches, vestidos de negro, con autos sin patente y en grupos numerosos; a desalojar a indigentes que viven en situación de calle, a amedrentar cartoneros, a pelear como grupo de tareas en desalojos. La UCEP es un grupo de tareas que atestigua que con Macri en el poder los derechos y las garantías de la democracia no estan siendo debidamente respetados. Con amenazas del estilo “si no te vas te vamos a romper todos los huesos”, armas, golpes y robo de pertenencias; la UCEP es la parte sucia con la que Macri no quiere mancharse las manos. Aunque de todas maneras Mauricio Macri tiene la suciedad y el hacinamiento de los que solo odian y anhelan la destrucción ajena.
Video de desalojo a cargo de la UCEP