Una de las cosas que mas alegría me trae de todas las cosas que he aprendido y conocido del punk rock, es la cantidad de personajes alucinantes y creativos con los que me he topado, uno de ellos es Pablo Delcielo, oriundo de Los Andes, que hace ya bastante tiempo nos viene deleitando, y haciendo pensar con su trabajo. Cuando me enteré que iba a hacer su primera muestra solo, titulada «AJO», le mandé un mensaje para hacerle unas preguntas y saber en que está, me respondió al tiro. Obvio.
GT: De que se trata la muestra? Es tu primera muestra?
No, la primera fue una que organizamos con Gran Negro el 2009 en la ya extinta tienda de Estampa y Ataka, en Plaza Brasil. Después de eso he participado en varias más pero lo que diferencia a esta de las otras es que esta es la primera muestra en la que solo colgaré dibujos hechos por mi.
GT: En que has estado últimamente?
Dibujando mucho.
GT: ¿Como crees que el punk rock ha influenciado tu trabajo?
Me llevó a conocer y relacionarme con gente muy inspiradora con la que compartíamos referentes gráficos y musicales que nos volaban la cabeza. Siento que participar de esa escena alimentó mi espíritu, me sirvió de barricada contra la normalidad y me hizo encontrar grandes amigos y amigas.
GT: ¿Lo que más me gusta de tu trabajo es la mezcla entra dulzura y rabia que comunican, hay muchas cosas con las que me identifico, que cosas te inspiran/motivan al hacer tu trabajo?
No sé qué me inspira, supongo que todas las cosas por las que he pasado, todas las cosas que he vivido.
Me influencia también mucho la música que estoy escuchando mientras dibujo o mientras voy en el bus, siento que los momentos de inspiración más fértiles que he tenido han sido arriba de buses interurbanos escuchando música.
Lo que tengo claro es que no me siento cómodo con la idea esta de ser un dibujante profesional que presta un servicio a la industria “creativa”. O más allá de eso, no siento que ese sea el fin de mis monos. Estoy trazando un plan que me permita vivir sin tener que trabajar tanto para otros, sé que es difícil, pero siento que lo puedo hacer.
GT: He visto que últimamente has estado haciendo trabajos mas «mainstream» (Revista Paula – Men’s Health) que es lógico en el proceso de crecimiento de un artista, ¿como ha sido esa experiencia?
Muy buena, me ha dado experiencia y me ha hecho crecer en el oficio de dibujante al tener que dibujar cosas que a mi capaz que nunca se me habrían ocurrido, como un refrigerador abierto o un hombre fumando marihuana podrida. Y por otro lado me ha dado plata para moverme y para hacer otras cosas, como por ejemplo imprimir un fanzine en offset.
Igual a veces me canso de dibujar para otros y siempre siento la necesidad de volver a hacer solo por el placer de hacer.
Estos últimos meses he estado con mucho trabajo relacionado al dibujo y a veces me canso. Hay días en que pienso que me gustaría trabajar de cualquier otra cosa y volver a mi casa a dibujar, como lo hacía antes.
Luego hablo con amigos y amigas que tienen otros trabajos y que llegan a su casa ya cansados a dibujar y me que yo debería estar agradecido de poder hacerme un sueldo dibujando, que es como un sueño. Parece ser que parte del espíritu de esta época se resume en esa frase que canta una canción de Los Planetas: “Deseando una cosa parece un mundo y una vez que se tiene es solo humo”.
Lo que tengo claro es que no me siento cómodo con la idea esta de ser un dibujante profesional que presta un servicio a la industria “creativa”. O más allá de eso, no siento que ese sea el fin de mis monos. Estoy trazando un plan que me permita vivir sin tener que trabajar tanto para otros, sé que es difícil, pero siento que lo puedo hacer.
GT: ¿Donde estas viviendo ahora? ¿Como crees que el entorno en el que vives afecta tu trabajo?
No sé muy bien como, pero hace casi un año volví a vivir a Santiago, algo que jamás pensé. Pero ya tengo casi terminado un plan de escape silencioso.
Cuando vivía en Quilpué hice un dibujo que decía “¡Santiago suéltame!” y salían unos edificios abrazando unilateralmente a un confundido (que son unos personajes con gorro bastón y cara de espiral que siempre hago, nunca saben que hacer y siempre andan de un lado para otro, muy erráticos). Era una especie de chiste que teníamos con los amigas que vivíamos en Quilpué porque a pesar de querer alejarnos de Santiago siempre terminábamos volviendo de una forma u otra. (Nota del editor: Le pedí el dibujo a Pablo, quedo en mandármelo, cuando lo actualice les aviso)
Y respondiendo tu pregunta, yo creo que el lugar donde vivimos influye mucho en nuestra existencia, en el aire que respiramos, en cuales son nuestras prioridades, en nuestro pensamiento y en nuestra manera de hacer.
Acá en Santiago tengo la suerte de habitar un oasis que se llama Taller Magia, que es un espacio que comparto con un amigo y una amiga en Bellavista cerquita del Bar Uno. Es muy inspirador rodearte de gente que hace cosas que te gustan y que más allá de eso están intentando vivir sin mandar ni ser mandado. Sobre todo en este contexto en el que nos tocó vivir donde se nos ha inculcado la idea de que hay que trepar y llegar a la cima de no sé qué.
GT: ¿Que esperas de la muestra?
Que quede bonita.