Siempre me han llamado la atención las bandas que no son de Santiago, o más que eso, siempre me llaman la atención las bandas de ciudades chicas, siempre tienen una actitud distintas a las bandas de la capital, menos pretenciosas, mas honestas, no se, quizas es toda la idea de alguien que siempre fué de la capital. Viejo en Bici es una banda de San Antonio, que toca punk, punk rápido y desordenado, ese es que es bien dificil que no te guste, pasados a skate, y años 80’s. Ya con estos antecedentes, me puse en contacto, y me respondieron unas preguntas. Se nota que tenían cosas que decir. (Protip: Escuchen el demo mientras leen)
1) Quienes componen la banda, y cuál es su rol?
Viejo en Bici se compone de Paulo en guitarra, Gato en el Bajo y voz, Pato en la batería y Julio en la voz.
2) Una de las primeras cosas que me llamó la atención de la banda fue su nombre. Cuéntanos el por qué y de donde viene la inspiración de este nombre.
Pato: El nombre simplemente salió. Pato: Fuimos con el gato a conce a dedo, un par de años antes de armar la banda. Andábamos puro hueando, patinando y visitando al yute, un amigo. En el camino vimos muchos viejos rurales que viajaban en bicis destartaladas, ruteras, moutain bike, etc. Nos dio risa y rayamos “viejo en bici” debajo de un puente con un spray que andábamos trayendo. Antes también habíamos rayado “muere auto” en una señalética. Después empezamos a tocar, y pensamos que sonaba bien.
3) Ustedes viven en San Antonio, a más de 100 kms de Santiago, que habitualmente es el «centro neurálgico» de la comunidad hardcore punk en Chile. Queremos saber cuáles son las cosas positivas y negativas de no vivir en la Capital.
Julio: San Antonio queda a hora y media. No es tan lejos. En esa medida, todos tenemos alguna relación con la Capital. Yo por ejemplo llevo más de cuatro años estudiando acá, pasando los días teniendo presente los contrastes entre ambas ciudades. Como función de todo centro geopolítico, Santiago, a mi juicio, capitaliza todos los rasgos negativos del capitalismo, además de ser una matriz ideológica, un formato de ciudad ideal para el resto de Chile. En ella se hace evidente la explotación, el hastío de la gente, los contrastes de clase, el consumismo generalizado, etc. Muchas cosas que nos molestan. En San Antonio, evidentemente, también existen, pero se presentan mesuradamente. Se puede decir que es más piola.
Pato: En San Antonio, se conforman lazos más estrechos y cotidianos entre las personas que deciden o logran conectarse. No hay que recorrer largas distancias para visitar gente, se puede llegar caminando a todos lados, en bici o en skate. Nosotros, por ejemplo, nos conocimos escuchando música en los recreos, juntándonos a tomar once después de clases, o andando en skate en la Plaza Estrella (una plaza donde se juntan los escolares después del colegio, skaters, bikers, gente que va a tomar los fines de semana, de tarde principalmente, y también de noche); en tocatas locales de punk donde llegaba de todo: punkis destroy, gente más hardcore, skinheads, metaleros, etc. A dos cuadras de la plaza estrella existe hace al menos tres años La Tijereta, una okupa donde empezamos a ensayar, además de ser un lugar muy acogedor para encontrarse. La ciudad, desde Llolleo a Pelancura está devastada por el puerto y su infraestructura. Los puertos son una mierda, y en el caso de San Antonio, el puerto tiene facultades para utilizar el borde costero a su conveniencia, transformándola en una especie de zona de sacrificio. La playa de Llolleo está contaminada, o más bien fue “autocontaminada” para justificar su sacrificio en beneficio de los intereses de los capitalistas. La desembocadura del Río Maipo es un centro natural migratorio de aves donde llegan aves de todo el mundo a pasar algunas temporadas. Conecta directamente con la playa, entonces el paisaje es una mezcla de cosas bellas como aves, mar, vegetación, con arena con relleno de basura, neumáticos, recipientes de bencina, estacionamientos de camiones y áreas de almacenamiento masivo de containers, una fábrica de chip, etc. Hay unos silos donde guardan maíz que tapan el sol a las casas que los rodean.
La ciudad, desde Llolleo a Pelancura está devastada por el puerto y su infraestructura. Los puertos son una mierda, y en el caso de San Antonio, el puerto tiene facultades para utilizar el borde costero a su conveniencia, transformándola en una especie de zona de sacrificio.
Existe la población Juan Aspee, totalmente invadida de camiones y pronta a ser expropiada definitivamente. También hay un tren con ácido sulfúrico que pasa por toda la ciudad, cruzando colegios y lugares concurridos, incluidos el Paseo Bellamar y la entrada del asqueroso mall que hicieron frente a la plaza de San Antonio para terminar de arruinar la vista. Todo esto en nombre del progreso y la prosperidad de la ciudad, con la excusa de dar trabajo a sus habitantes, con sueldos de mierda y condiciones laborales precarias e inseguras. El 2014 hubo como 3 muertos en accidentes laborales. Aun así, en micro puedes llegar a las playas del litoral como Santo Domingo, Cartagena, el Tabo, el Quisco, Algarrobo, Las Cruces, Isla Negra, Canelo-Canelillo. Hay “bosques”, como el parque Dyr, calles silenciosas donde perderse, miradores, etc. Hay un poco más de tiempo y aire que en la capital.
4) Qué valores han aprendido siendo parte de la comunidad hardcore/punk y cómo estos valores han influido en vuestra vida cotidiana?
Julio: Jajaja. Dudo que sea la comunidad la que entrega los valores. En ella confluyen sentimientos y valoraciones sociales compartidas. Si uno se hace amigos del o en el “punk” es porque el rechazo, la molestia y la incomodidad frente a la vida cotidiana se comparte transversalmente. Es un horizonte de experiencias compartidas que puede o no ser catalogado dentro de una comunidad. Yo personalmente no creo en eso. Prefiero pensar que unimos lazos desde cierto rechazo tácito y sincero. Llegamos al “punk” siendo amigos, odiando juntos, sintiendo las mismas molestias, y no al revés.
Pato: Comunidad hardcore punk… de ser así, una comunidad punk muy chica y diversa de donde salió un grupo de amigos reducido, que se fue amistando a partir de música en común, ideas sobre el mundo, conversaciones intensas, carretes, toparse y juntarse en tiempos libres, tomar once juntos, hacer un par de grupos, rayar paredes, todo a pequeña escala, para nada una “escena”. De eso, yo aprendí a amar las cosas sinceras, adquirí un desprecio por el mundo del capital, y el poder, me dí cuenta de que muchas cosas de las que nos fueron enseñadas como verdades no eran más que espejismos para mantenernos bajo control. Amistad, sinceridad, anticapitalismo, emocionalidad.
Gato: Yo en realidad no creo mucho en lo de escena, sí en la posibilidad de generar lazos con personas afines, compartiendo valores y maneras de pensar confrontacionales contra cualquier sistema de opresión que intenta mantenerte embobado. De chico me di cuenta de quienes compartían esas ganas de decir basta contra toda esa mierda y en cierto modo se fueron generando situaciones continuas en las cuales nos vimos rodeados de discos punk que tiraban el rollo y decían lo que ya veníamos pensando. En ese sentido comenzó a gustarme la música y empecé a compartir con quienes más que escuchar la música punk tenía una actitud punk frente a la vida. Para mí lo de la escena punk es más algo estético ya que hay punkis que ni siquiera comparten valores o ideales clasificados dentro de esta esfera, como la solidaridad, horizontalidad, etc.
(Continúa)