Niño todos tus héroes han caído, fueron presa fácil de sus propios demonios, te traicionaron para no traicionarse a ellos mismos, ya sabes lo que dicen en el pueblo…antes que lloren en mi casa que lloren en la tuya. Esto no es distinto. El fantástico Joe Strummer también tenia su ego muy crecido con los Clash, el paradigmático Penny Rimbaud y su arrogancia infinita o Martin con sus discos en tirada limitada esperando la respuesta de ebay. No fueron casualidad.
El problema es tuyo niño por rezar con tanto fervor, por encomendarte con tanta fé a estas nuevas religiones de techos bajitos, todo es mas bien como el tango. Acá el que no llora no mama y el que no mama es un gil. Eso de pensar en que las canciones hablan por ti, de esperar que otros cuenten tu historia, eso de ponerte la camiseta del que pelea por el titulo mientras tu aplaudes y gritas pidiendo una canción más, defendiendo con dientes y muelas al ídolo de turno.
En Leipzig un hombre me habló de que tocó en un grupo que es famoso y ya no existe, «esta escena en todas partes es una mierda!! crean mitos tan fáciles y si supieran como uno es se cagarían de espanto»….»yo no quiero ser modelo de nadie, que se busquen la vida los cabrones» agregó
Lenin se llamaba había nacido en México pero en Chicago lo conocían más y no dejaba de tener razón, pero que importa tener razón. La historia está escrita ya por los que tienen los medios, por los que triunfan, por los que hoy cogerán el micrófono y condenarán a muerte todo lo antes dicho, los parlantes sonaran al son de la nueva verdad…. existe la verdad en todo esto? Existió la verdad alguna vez?
En Lisboa vivía un chico que había nacido en Sao Paulo en su espalda tenia tatuada «la verdad es absoluta» y una gran X. El muchacho hoy es camello serio, compra hierba en el barrio de Buraka y la vende a los turistas que toman copas en el barrio del alto donde nadie sabe de su vida y menos le interesa si la verdad es absoluta.
Ahí esta la vida todos los días, dando golpes a los arrogantes haciendo llorar a los que creían haber visto todas las películas y ser dueños de todas las historias, la esquizofrenia, el trabajo, la droga, los hijos, la mala paga, la buena vida, la muerte, el amor, la hipoteca, el odio, la cárcel, el trabajito bueno y el malo. He ahí la escena todos los dias de la vida… en tu calle y en la mia, en todas partes del mundo con muy pocos colores diferentes, un día bien y otro fatal.
Esa es la escena, la más «hard-core» de todas la más maldita y la bella al mismo tiempo. Lo demás es música y la música es buena para el alma, pero es pésima para construir iglesias y por lo demás los que construyen iglesias no merecen respeto y contra ellos fuego!
¿Quién podría condenar a alguien? Si todos nos hemos mordido la lengua tantas veces, a estas alturas tan solo queda callar y evitar las grandes palabras… procurando ser sincero…. pero tan solo con uno mismo.
Como el loquito que salía de noche a andar en bicicleta, esperando que las viejas cosas hicieran boom! Como el de la cresta que se subió al escenario mientras tocaba The Evens en la snob Barcelona y quería romper la pose de solemnidad babacool cantando ¡en la linea de enfrente! mientras uno de gafas de pasta(negras grandes) pedía un poco de respeto…. respeto por quien es la pregunta?
¿Cuanto es mentira y cuanto verdad? ¿Quién te puede decir algo, quien puede decir como es todo realmente? El del ordenador encendido las 24 horas conectado, el viejo tipo de la escena agónica que te cuenta que antes todo fue mejor, el muchachito de 18 alucinado con su nueva camiseta con calaveras, el de la política correcta y alimentación conciente que apoya a las minorías cualquiera sean estas, para sentirse libre de culpa. Este es el problema de vivir en este barrio pequeñito y miserable donde todas las casa tienen grandes techos de vidrio.
«El problema es tuyo niño por rezar con tanto fervor, por encomendarte con tanta fé a estas nuevas religiones de techos bajitos»
los techos bajitos en ocaciones parecen mas codigos escritos con un abecedario que solo uno puede leer, en ocasiones los techos bajitos suben mucho, pero mucho en el abecedario ese, suben y parecen nubesitas escupiendo lluvia dorada, sobre las calles, y los barrios y las caras de las que un dia te sentiste apartado.
Los techitos bajos son lindos, cuando sabes que puedes subir sobre ellos y mirar y gritar y quemar algunas cosas que hacen sangrar.
muchas «x» son en ocasiones tan bellas, aunque sea en medio de un basural al que solo se le ve para dormir en las lagrimitas.
primera vez que opino en GT, es muy bello este sitio, muy bello lo que escribiste bruno.
chaito.