Anarchist Action Figure

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Es inspirador cuando gente usa su tiempo y creatividad en proyectos como este, parte de la rebelión espiritual que congregamos a diario se trata de usar tu creatividad y tiempo en cosas que te satisfagan, o eso creo yo por lo menos.
Packard Jennings es un artista, pero no de esos artistas locos con síndrome de “soy tan especial, nadie me entiende”, si no arte que provoca y hace cuestionar ciertas cosas, la mayoría de sus obras están orientadas a los grandes retailers y al consumo, la obra que mas me llamo la atención fue “Anarchist Action Figure” que es una figura de acción tipo Action Man, pero anarquista, con su respectiva molotov, mascarilla y herramientas de desalambraje, todo en un paquete muy profesional, simulando un juguete real, lo divertido fue como este artista lleva el juguete a una tienda y trata de pasarlo por caja, muy divertidas las reacciones, pueden ver el video en su sitio.
Link | Anarchist Action Figure (Gracias Matias!)

7 thoughts on “Anarchist Action Figure

  1. Por los conformistas de siempre, lamento tener que volver con los comentarios «amargos». Pero es inevitable.

    Siempre hay cosas bonitas y artistas esforzados, pero hay que saber reconocer las porquerías.

    El profundo problema de este proyecto «artístico» es que toma el estereotipo que la prensa burguesa construye de los y las anarquistas, y lo re-afirma con la ironía típica del artista posmoderno. En la supuesta crítica al estereotipo, sólo hay una reafirmación. Algo que suele ocurrir con el arte, o con las más diversas expresiones gráficas (publicidad, diseño, que son la verdadera cara del arte actualmente).

    Lamento discrepar en esto, Armando. Me parece una mala cosa. Y me parece notable que incluso en tu texto se diga que «es una figura de acción tipo Action Man, pero anarquista, con su respectiva molotov, mascarilla y herramientas de desalambraje». La frase importante aquí es «su respectiva».

    Los y las anarquistas no han estado ni cerca de este estereotipo ilegalista y violentista durante la mayor parte de su historia. Los y las anarquistas de carne y hueso no son cuasi-terroristas urbanos, excepto por los excepcionales actos de violencia regicida del siglo XIX y principios del XX, excepto por el corto tiempo durante el cual la «propaganda por el hecho» fue aceptada por congresos anarquistas como una de las formas principales de acción directa. En general, han sido los estados y la prensa burguesa los que han presentado a los anarquistas como individuos violentos, irracionales y destructivos para la sociedad.

    Y todo esto es reafirmado por el ingenuo romanticismo de los que idolatran a individuos como Severino di Giovanni o Ravachol. O por los que ahora andan pegados con el insurreccionalismo, entregados a la actitud catastrófica de la violencia por pura impotencia, por creer que ya no queda nada por hacer más que destruirlo todo.

    Eso, por ahora.

  2. p.,
    estoy de acuerdo,la accion de arte esta es, en casi todas sus formas, es una porqueria. Y sin duda el vincular, casi por defecto, al anarquisto con armas, es bastante poco lucido.

    Pero me preocupan un par de cosas, o quizas una sola que tiene muchas partes; la condena moral implicita sobre la violencia que hay en los ultimos dos parrafos.

    No te asustes, no voy a hacer una defensa apresurada de la violencia. Por el contrario, me interesa plantearlo como una pregunta (al menos en beneficio de lo poco y nada de comunicacion que hay en este espacio virtual).
    Me parece peligroso que en unas cuantas lineas mezcles lo que el anarquismo «realmente es» («Los y las anarquistas no han estado ni cerca…», «Los y las anarquistas de carne y hueso no son…»), con la idolatracion de personajes como Di Giovanni y Ravachol (como si idolatrarlos fuera la unica forma de recordarlos o hacerlos presentes en la historia), y pongas inmediatamente al lado de la palabra violencia, «actitud catastrofica». Y digo peligroso porque creo que cae en el mismo juego que tu denuncias, el de la esterotipacion de los individuos anarquistas, y de las luchas sociales en general. Por estar tan preocupados de no caer en el estereotipo, nos rendimos a los usos del lenguaje que «el poder» nos permite. La logica es clara; cuando aquellos que estan mas arriba en la piramide arrabatan los que estan mas abajo lo que los mantiene con vida, se llama produccion. Cuando los explotados dañan la propiedad de los que estan abajo, se llama violencia, y son condenados por la justicia.

    Si, es un tema mucho mas complejo que eso.
    Pero parece curioso (por no decir sospechoso) que la misma palabra se pueda usar para alguien que esta violando a un niño, golpeandolo o asesinandolo, que para el que lo detiene. O quizas mas curioso aun, la misma palabra es utilizada para describir a un leon cazando un ciervo en la sabana africana, que para el Guaton Romo poniendole corriente a sus victimas. La misma palabra se usa para un chico de 16 años que rompe el ventanal de la oficina de una corporacion multinacional, o el que le manda una carta bomba al Presidente de esa corporacion, como para describir como ese Presidente decide usar pesticidas sobre sus plantaciones que generan infertilidad, cancer y deformaciones congenitas en sus trabajadores. Ah, no perdon! eso ultimo no se llama violencia, se llama PRODUCCION.

    Insisto, no pretendo hacer una defensa a priori de la violencia (menos por aca, con mi lentitud y deficiente uso del lenguaje), justamente porque creo que no hay que hacerla. Lo que no significa que, dada nuestra posicion, la consideremos, o al menos nos preguntemos por el uso de ella.
    Quizas seria bueno partir definiendola, quizas seria bueno pensar en los pacificistas que afirmar a priori «nosotros estamos en contra de cualquier forma de violencia», o en los que la idealizan.
    Quizas hay que discutir y pensar y repensar las cosas un poco, aunque a muchos usuarios de GT les moleste.

    Buen dia.

  3. Rodrigo, qué alegría que alguien responda con intenciones de discutir, y no de detener la conversación con frases tipo «ay, pucha, que gallos más pajeros mentales, mejor vamos a la tocata de la-nueva-banda-con-nombre-en-inglés».

    Si te fijas bien, en mi comentario no hay una estereotipación. Mi argumento es así: la prensa y el estado crean una imagen del anarquista como ilegalista, violentista, anti-social, delincuente, peligro público. Esto ha ocurrido siempre, desde la Revolución Francesa, donde se llamaba anarquistas a los revolucionarios radicales y con tendencias comunistas libertarias. Bien, este estereotipo es una manera de tergiversar, exagerar y generalizar los atentados regicidas y las acciones directas violentas llevadas a cabo por algunos militantes, y uno que otro delincuente infiltrado (de esos malandrines que usan al movimiento como guarida, y que no tienen otros fines que los propios intereses personales). Según mi modo de ver la historia del anarquismo, estas acciones son claramente minoritarias. El anarquismo ha sido desde siempre un movimiento de las clases explotadas y oprimidas, cuya lucha ha tenido un caracter social, que ha pretendido que todo el pueblo se haga parte de la lucha, sin direcciones, sin vanguardismos, sin héroes. La influencia de los nihilistas rusos y su recuperación esperablemente romántica por parte de los franceses, a veces mucho más interesados en cuestiones literarias que en cuestiones sociales (de allí el individualismo ala Emile Armand), sumado a la desesperación en momentos en los que el movimiento obrero y popular estaba en retroceso, hizo que la acción directa violenta se convirtiera en uno de los métodos favoritos de algunos anarquistas. Qué mejor para la prensa, qué mejor para el estado que anarquistas que declaraban en sus juicios que lanzaron aquella bomba o intentaron matar al rey «por la anarquía».

    Bueno, durante todo el siglo XX esta fascinación por el fuego ha estado allí latente, volviendose más intensa en épocas más duras de represión, donde pareciera que sólo queda la ofensiva de la pólvora. Mi comentario apuntaba a señalar que hay una conexión entre el estereotipo de los anarquistas como criminales, y la reivindicación que algunos anarquistas de hoy hacen de la violencia callejera, «con su respectiva molotov».

    Por eso digo que no estoy haciendo un estereotipo: porque no he dicho que «los insurreccionalistas son todos unos tarados» o algo así. Sólo digo que hay una peligrosa afirmación del estereotipo burgués del anarquista cuando se celebra la violencia. No estoy hablando de todos los anarquistas, sino de aquellos que celebran la violencia, porque creo que lo hacen con el mismo estilo romantico que fue capaz de producir una película como «V de Vendetta».

    A mi me gusta recordar lo que dice Malatesta (no es una cita, sólo recuerdo): no hacemos esto porque odiemos, no queremos la guerra y el odio. Somos anarquistas porque amamos a la humanidad, y porque lo que queremos es la libertad y la felicidad de todos y todas. El anarquismo no es resentimiento, porque el resentimiento solo trae venganza. Y la venganza no llega muy lejos. A lo más, como ya hemos visto, se trata de invertir los roles. Ahora los proletarios mandan, y los burgueses sufren. Pero esos no son los ideales del anarquismo.

    Bakunin también decía que nuestros enemigos no eran los individuos capitalistas, o los individuos opresores, sino la clase burguesa y la clase opresora. No se trata de eliminar individuos o destruir edificios, se trata de acabar con el sistema que sustenta una sociedad de clases.

    Ahora, tengo que decirlo, no me interesa el pacifismo. Yo creo que la guerra la comenzaron ellos, los que dominan, y que por lo tanto ya estamos en guerra. Pero creo que esta guerra no se acaba destruyendo al enemigo de ese modo vulgar de eliminar a cada uno de los enemigos. No sirve de nada matar a todos los capitalistas con las tripas de los sacerdotes si sigue existiendo una sociedad de clases. Siempre habrán nuevos capitalistas.

    La violencia explícita llegará, de eso no cabe duda. Los dueños del mundo no nos dejarán el botín en bandeja, y será necesario enfrentarlos. Pero me parece que lo que necesitamos por ahora es construir un movimiento poderoso que sea capaz de ganar la guerra, y no solamente librar un par de batallas.

    Por ejemplo, Grecia. Todos quedamos fascinados por las tres semanas de protesta. Pero el gobierno no tambaleó ni un ápice. De hecho, el primer ministro declaró: «Entendemos la situación, entendemos la rabia. Sabemos que tenemos que dejarlos protestar. Ya volverán las cosas a la calma». El insurreccionalismo no es capaz de ir más allá de la insurrección. Y justamente lo que necesitamos es que luego de la violencia venga el mundo nuevo.

    Los que se contentan con la protesta y la insurrección, los que ponen todos sus esfuerzos en el aspecto destructivo de la revolución, en mi opinión, en el fondo no quieren un mundo nuevo. Sólo quieren que esta mierda se acabe porque les parece muy terrible. Pero esa rabia no es suficiente.

    Insu-rreccionalismo = Insu-ficiencia.

  4. @p.
    Primero para amenizar, no considero amargo tu post. Creo que aquí si hay una relevancia como para discutir sobre el tema y para tu sorpresa concuerdo con algunas cosas.

    Creo que es bastante acertado cuando hablas del estereotipo mediático en torno a los anarquistas, a través del tiempo el estado ha tratado de confundir a las masas creando estereotipos con atribuciones negativas respecto de todo lo que pueda atentar contra sus interéses de mantener intacta la producción. Paralelamente si, creo que esta dinámica se aplica tambien en la relación de desprecio que tienen las personas envolvidas en una idea para con el resto de la sociedad (que no olvidemos son más unas víctimas con menos información en la mayoría de los casos), tratándolos como «desclasados», «conformistas» y cuanto calificativo derrotista se pueda dar, en ese sentido existe una contradicción enorme que en la mayoría de los casos, invalida el discurso mismo que se plantea.

    En muchas oportunidades pienso que esa voluntad de destruir, radica en la frustración del saber que no veremos una mejor sociedad ni en nuestros últimos días, por otro lado, denota el grado de amor propio y egocentrismo que el modelo competitivo supo bien insertar en nuestras cabecitas, haciendonos creer que podemos ser unos superhéroes. Y como si esto fuese poco, le hace más fácil la pega a la prensa burguesa que mencionas.

    Quizás esa sea la motivación para que algunos (no sé si de buena o mala manera, eso depende del nivel de comprensión que tenga cada uno) recurran a estas manifestaciónes de orden «artístico» para causar una que otra controversia o, en el más profundo de los casos, hacer algo por sentirse menos culpable en este mundo de caos. Lo triste es que mientras ocurren todas estas manifestaciones, la lucha real sigue cobrando cada vez más vidas, ojo con esa dualidad que también es interesante, la dignificación que hacemos de nuestras trincheras.

    Una vez comenté que estaba bastante decepcionado de la idea en algunos aspectos, por no ser viable en términos prácticos y que no encuentro una real propuesta de sociedad sustentable empáticamente hablando.
    Quizás sea por que infelizmente nosotros nacimos criados por nuestros padres haciéndonos creer que vivir en la mierda es algo «normal» y nos tomó una buena cantidad de años comprender todo este sistema de producción que nos mantiene esclavizados a todos por igual, disculpame p. pero no creo en la dignificación de las personas en base a cuan dedicados son a una idea, para mi el sol nos quema a todos y nadie se salva, ni siquiera el más culto e informado.

    Entonces, y tomando en cuenta el poder mediático del capital/estado y en honor al carácter aclaratorio de tu desagrado por el insurreccionalismo y el destruir por frustración, cual crees tú que es la real implicancia de el/l@s anarquistas como propuesta de una mejor sociedad en la actualidad?, sobre todo en un mundo dominado por la media, las computadoras y el dinero?.

    Saludos!.

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